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La financiación flexible permitió a WFP llegar a la población desplazada y olvidada del mundo en 2018

ROMA – El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (WFP) recibió 440 millones de dólares de financiación flexible en 2018, lo que representa un aumento del 10 por ciento con respecto a 2017.

Las contribuciones flexibles permiten a WFP utilizar los fondos donde y cuando las necesidades son mayores, lo que le facilita responder con agilidad a las emergencias repentinas, así como mantener la asistencia que salva vidas en crisis olvidadas y prolongadas.

En el Sahel, la pronta disponibilidad de recursos multilaterales permitió a WFP poner en marcha su respuesta a la peor temporada de escasez de los últimos cuatro años, llegando a más de 3 millones de personas con asistencia alimentaria y evitando una grave crisis alimentaria. Las asignaciones de fondos flexibles ayudaron a WFP a mantener la asistencia a casi 900.000 refugiados rohingya en Bangladesh, ampliar su apoyo a los desplazados en Colombia y socorrer a los agricultores que se enfrentan a una grave sequía en Madagascar.

“Es bastante sencillo: la financiación flexible nos permite ser más oportunos, eficaces y eficientes, logrando, de esta forma, el máximo impacto por cada contribución que recibimos", afirma el Director Ejecutivo de WFP, David Beasley. “Varios de nuestros socios gubernamentales están viendo la diferencia que marca la financiación flexible y cómo reduce los costes. Hacemos un llamamiento a más gobiernos donantes para que proporcionen este tipo de financiación: predecible, no dirigida a fines específicos y utilizable a lo largo de varios años".

En el marco del acuerdo conocido como Grand Bargain, alcanzado en la Cumbre Mundial Humanitaria de 2016, los principales donantes se comprometieron a reducir la asignación específica de fondos, con el objetivo de alcanzar un objetivo global del 30 por ciento de financiación humanitaria flexible para el año 2020.

Sin embargo, los gobiernos que prestan apoyo multilateral siguen siendo una minoría. Las contribuciones flexibles se mantuvieron en sólo el 6 por ciento del total de los recursos de WFP este año, muy por debajo del 20 por ciento logrado en 2002.

En 2018, Suecia, Reino Unido, los Países Bajos, Alemania, Noruega, Dinamarca, Australia, Canadá, Irlanda y Bélgica fueron los primeros en prestar apoyo flexible a WFP. Entre los principales países que apoyaron la Cuenta de Respuesta Inmediata de WFP, el mecanismo de financiación más flexible de la organización y que permite el despliegue de asistencia para salvar vidas en un plazo de 24 horas desde el inicio de una crisis, encontramos Suiza, Alemania, Bélgica y Canadá.